martes, 11 de marzo de 2025

El origen de las coníferas

 

Reconstrucción de Cordaitales

Las coníferas o Conipherofitas son tan antiguas que casi nos tenemos que ir al Carbonífero inferior, e incluso el Devónico superior, para detectar sus primeros inicios, hace más de 350 millones de años. En aquellos tiempos remotos, compartiendo vida con las medullosas, las sigilarias, los lepidodendron, los equisetos y los helechos, entre otros tipos de vegetales, existía un tipo de orden de plantas que podemos considerar como las primeras coníferas y los primeros ancestros de las actuales, eran las llamadas Cordaitales. En el Carbonífero poblaban las tierras altas. Parece ser que, otro orden de plantas, llamadas las Voltziales (parecidas a los cipreses, los pinos y las araucarias actuales), que aparecieron en el Carbonífero superior, después de las Cordaitales, fueron realmente la transición intermedia entre las Cordaitales y las Conipherofitas modernas. Dentro de este orden de las Voltziales, se han encontrado registros fósiles de un grupo ancestral de coníferas que parece que dieron origen a las familias modernas, se trata del género más común del orden, y es llamado Walchia. Estos árboles podían llegar a medir hasta 30 metros de altura y se ha utilizado como indicadora de climas secos subtropicales y tropicales. 

Fósil de Walchia
En el Pérmico (299 m.a. - 251,9 m.a.) y en el Triásico (250 m.a. - 200 m.a.), las Cordaitales poblaban las zonas pantanosas, y desaparecen finalmente hace unos 201 m.a., con el comienzo del Jurásico. Durante el Pérmico, todas las Conipherofitas (tanto Cordaitales como Voltziales) se desarrollaron con una gran diversidad. Con todo, podemos considerar que las Voltziales, dadas su características, son los antecedentes más claros de las Coníferas que conocemos hoy. Aunque desparecieron también en el Triásico, evolucionaron lo suficente como para dejar espacio a las Araucarias (ya existentes en el Triásico), que darán lugar también a  los abetos primigenios. 


Ya a comienzos del Jurásico, hace unos 200 m.a., aparecen los Paleotaxus, que, junto con las Araucarias, que se encuentran en su máximo esplendor, conforman el conjunto inicial de las coníferas en sus primeras expresiones. Los Paleotaxus conformaban géneros muy parecidos a las secoyas, las cryptomerias, los calocedrus, los juníperos y las thuyas. Finalmente, durante el Cretácico, se distinguen ya claramente los paleo-pinos, hace unos 145 millones de años y el resto de los Paleotaxus, dando paso a la gran diversidad del Terciario, con todos los géneros que conocemos actualmente. A finales del Cretácico, con el enfriamiento, las Araucarias desaparecen en el hemisferio norte de la Tierra y se desarrollan los abetos arcaicos. La transición entre el Cretácico y el Terciario, da momentos cruciales dentro del mundo vegetal, pues, aparte de la gran evolución que sufren las Coníferas, aparecen también las angiospermas, que se extienden por todo el mundo.